Santiago de Cuba (en el Sur-Oriental de la Isla), tiene el mérito de haber fungido como la primera capital de la Isla, desde su fundación en 1515 por el Adelantado Diego Velásquez de Cuellar, hasta 1556, año en el que fue desplazada como tal por San Cristóbal de La Habana que devino punto principal de encuentro de la flota que transportaba hacia España las riquezas de las colonias en el Nuevo Mundo (Festeja el cumpleaños de su creación el 25 de julio).
Es considerada Cuna de la Revolución y en 1984 fue declarada Ciudad Héroe y recibió la Orden «Antonio Maceo», única del país con ese título que define su profunda vocación patriótica y exalta el espíritu revolucionario y abnegado de su pueblo.
El primer alcalde de la villa colonial fue Hernán Cortés. Desde esa urbe oriental el conquistador partió hacia la conquista de México, al igual que Pánfilo de Narváez lo hizo posteriormente con destino a las costas de Florida en periplo exploratorio que terminó en fracaso y le costó la vida. Santiago fue blanco de las incursiones de corsarios, piratas y filibusteros en sus búsquedas de riquezas.
Recorrer Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia de la Mayor de las Antillas (de fuertes raíces africanas y españolas y una población de alrededor de medio millón de habitantes), les permitirá tener una visión general de todos los componentes de la nacionalidad, las costumbres, cultura, tradiciones y en sentido general la idiosincrasia de los habitantes de la isla, precisamente porque por la bahía santiaguera entraron los primeros esclavos negros a Cuba.
Toda esa cultura se multiplicó después de la revolución haitiana de Toussaint Louverture en 1791, cuando centenares de emigrantes franceses llegaron a la ciudad santiaguera e introdujeron la cultura cafetalera en Cuba y también sus hábitos. Las ruinas de esas primeras plantaciones de café del sudeste de la Isla son verdaderas maravillas arqueológicas. En 2000 fueron declaradas por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad por ser una evidencia única de una forma pionera de la agricultura en un terreno hostil.
Al abundar sobre los paisajes naturales será imprescindible hacer énfasis al Parque Baconao, inscripto en 1987 por la UNESCO en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera.
Dado a toda esa representación cultural es que coinciden múltiples estilos arquitectónicos, desde el barroco elemental hasta el neoclásico más depurado; construcciones coloniales con inmensos ventanales y apretados balcones tornan a Santiago de Cuba ciudad excepcional de múltiples valores, y atractiva y exótica naturaleza que la convierten en una de las más pintorescas del país.
Historia y rebeldía
Santiago de Cuba fue importante escenario de la Guerra de los Diez Años. Las fuerzas mambisas encontraron decisivo apoyo en las jurisdicciones de la oriental región. Hombres y mujeres empuñaron el machete, combatieron en las calles o marcharon a la manigua. No importó que la comarca estuviera fuertemente defendida por su condición de centro político-económico.
Los santiagueros, como cientos de cubanos, no admitieron el Pacto de Zanjon. Nuevamente se lanzaron a la Guerra de Independencia y respondieron al grito de libertad a partir de 24 de febrero de 1895.
La ciudad es testigo del fin del dominio colonial español y su gente participó en acciones decisivas como el Combate de la Loma de San Juan y la Batalla Naval de Santiago de Cuba, aunque a los mambises no le permitieron entrar a la ciudad.
Nuevamente fue historia cuando el 26 de julio de 1953 se produce el asalto al Cuartel Moncada, llevado a cabo por jóvenes revolucionarios liderados por Fidel Castro. El revés no amilanó el ansia de libertad y de justicia. El 30 de noviembre de 1956 protagonizan el Levantamiento Armado de Santiago de Santiago de Cuba, Ciudad Heroica.
Los combatientes revolucionarios con uniformes Verde Olivo del Movimiento 26 de Julio toman las calles por primera vez portando brazaletes rojos y negros decididos a enfrentar al tirano para apoyar el desembarco de Fidel Castro proveniente de México, junto con 81 expedicionarios, acción conocida universalmente como el desembarco del Granma, que ocurre el 2 de diciembre de 1956.
Los santiagueros participaron en la lucha por la independencia definitiva en sus calles o en las montañas, hasta los días finales de 1958, cuando las fuerzas del Ejército Rebelde, apoyadas por los grupos que operaban en la clandestinidad, sitiaron y tomaron la ciudad.
Al final de la noche del primero de enero de 1959 desde el balcón central del Ayuntamiento, situado actualmente frente al Parque Céspedes, Fidel proclamó el triunfo de la Revolución Cubana.
El líder cubano expresó el 1ro de enero de 1994 en la Ciudad Héroe: «Fue, en primer lugar, el encuentro de las tropas victoriosas con el pueblo, aquello que no quisieron permitir los yankis en 1898, cuando de una manera brutalmente injusta prohibieron la entrada de las tropas mambisas en la ciudad de Santiago de Cuba; pero no solo por aquello fue memorable aquel Primero de Enero y aquel acto en la ciudad de Santiago de Cuba, sino porque ese día se definió si en Cuba habría o no habría una revolución; ese día se definió si nuestro país sería absoluta y verdaderamente independiente y libre». [1]
Arquitectura y música
Los santiagueros conservan como tesoros históricos: la primera casa (del Adelanado Diego Velázquez), la primera catedral de Cuba, la primera mina de cobre a cielo abierto de todo el continente americano y el primer museo del país (1899, Museo Bacardí).
El Castillo de San Pedro de la Roca, declarado por la UNESCO en 1997 Patrimonio de la Humanidad, sitio de obligado periplo es considerado el más completo y mejor preservado ejemplo de la arquitectura militar Hispanoamericana, basado en principios de diseño italiano y Renacentista.
Sitios importantes son: el cementerio de Santa Ifigenia, 1868; el Museo Histórico 26 de Julio, ubicado en el antiguo Cuartel Moncada, fortaleza militar asaltada el 26 de julio de 1953; el centro de convenciones Teatro Heredia, abierto en 1991 en la populosa Avenida de las Américas y el museo La Isabélica (ocupa la casa-vivienda de una antigua hacienda cafetalera francesa).
Muy estimulante el recorrido por El Saltón-Cedrón, de aguas mineromedicinales del tipo sulfatado, cálcico con mineralización y apropiadas para terapias de reumatitis, dermatosis, afecciones respiratorias y alergias, entre otras. Quedamos anonadados ante la inmensidad del Valle de la Prehistoria que posee más de 40 reproducciones de animales históricos al tamaño natural, talladas en piedra; el parque nacional La Gran Piedra y la reserva de la biosfera Baconao…
La segunda ciudad en importancia de Cuba ha ido creciendo al fondo de su bahía. Se embellece su entorno al ser acariciada al sur por las aguas del mar Caribe y a sus espaldas por los macizos montañosos, especialmente de la Sierra Maestra. Santiago posee un clima cálido y húmedo, y hermosos paisajes en el que se entremezcla elementos urbanos, naturales y marinos.
Al recorrer las calles escalonadas de la ciudad, sus valles ondulados y los cerros de abundante vegetación, el visitante podrá percibir al instante la hospitalidad espontánea y la alegría natural de su gente, a la vez quedar encantado por ese relieve irregular de avenidas y calles que se empinan o descienden entre el mar y las montañas.
Pero Santiago es mucho más: es cuna (en un país donde la música es alma y raíz), del son, de la trova, el bolero y de casi todos los géneros musicales. Es la tierra de Sindo Garay, Compay Segundo, Ñico Saquito y Eliades Ochoa, entre muchos otros.
La oriental ciudad es toda pasión, escenario de los espectaculares, vivos, autóctonos y coloridos carnavales, considerados los más transcendentales de la Isla, en los que se pueden apreciar desde el sonido de las cornetas chinas y el repiquetear de los tambores africanos hasta las fascinantes carrozas y comparsas que avanzan por calles y avenidas al compás de las congas o de la música autóctona del Caribe.